miércoles, 26 de noviembre de 2008

Eternas preguntas existenciales




Pareciera que el río de preguntas comienza su descenso por la montaña. Una y otra vez me acribillan y aunque trato de ignorarlas, sólo aumentan de dimensión mis dudas. Pienso cada vez más a menudo que necesito terapia, mientras me río de lo engañada que estoy. Mis preguntas no traen respuestas, sólo divagaciones. Las comparto con ustedes, porque capaz ayuden a arrancar estas inquietudes de mi vida. Podría pasar que terminen en crisis también. Pero seamos francos, no sería malo terminar enloquecido, capaz así nos abandonan los inmensos signos de interrogación.

¡Qué práctico enumerar las preguntas! Lo cierto es que no aparecen con cierto orden. Se limitan a romper la quietud de mi mente, y se burlan descaradamente haciéndome saber que han llegado para quedarse.


--------------------------------------------------------------------------------------------

1) ¿Por qué soy como soy?

A veces, muchas veces, pienso que todo es mi culpa. Desearía que alguien chasqueara sus dedos y me dijera: "Andreina, la vida no es una película de Hollywood". Aunque, pensándolo bien, quizás sea mejor vivir de las fantasías porque todo se ve como más bonito. Quisiera ser más estable, no recorrer una montaña rusa de emociones. Sería excelente no gastar tanta energía peleando conmigo misma. Debería terminar por grabarme, así podría recordar que en mi vida, no hay espacio para mostrarme débil. Sería estupendo poder verme reconociendo mis logros, en lugar de criticar tanto mis limitaciones.


2) ¿Qué me ha quitado el sueño?

¡La pregunta ganadora! Aparece todas las noches cuando estoy recostada en mi cama, con la crema en la cara puesta. Creo que me ha sacudido tener tantas respuestas, y las ojeras muestran que es más que obvio que aún ninguna suposición me convence. El insomnio me lo trae la incertidumbre, que se empeña en esconder todo lo que quiero saber. Y ésta pregunta viene en combo, porque empiezo a creer que las demás interrogantes son las que me impiden dormir.


3) ¿En qué estará pensando?

Acéptenlo, estaban esperando a que apareciera algo más o menos parecido. No sé por qué me pregunto ésto todo el tiempo, pero es inevitable. Allí es cuando me duele el cerebro, de que revoloteen cosas como: ¿será que piensa en mi?, ¿por qué eres tan tonta y crees que es así?, ¿por qué siento que ya yo caí y no hay vuelta atrás?, ¿por qué me repito una y otra vez que todo está bien?, ¿para qué negar que me gusta? Y luego aparece "Pepe Grillo" diciendo: "No te preguntes tanto que de nada servirá igual". Lo más probable es que ésta sea la pregunta cotillón, que si la respondo (y sé que no lo haré porque adivina no soy) todas las demás desaparecerán.


4) ¿A quién engaño?

Qué absurdo ser tan necia. La rutina siempre será más grande y fuerte, y las horas del día se me irán en las responsabilidades. No entiendo por qué me engaño pensando que todo puede ser diferente. Lo peor del caso, es que nadie podría saber cuando me estoy desboronando. Finjo que todo está bien, y la sonrisa que cargo es de lo más convincente. Allí es cuando me digo: "Pero mijita, ¿qué haces estudiando comunicación? Mejor dedícate al teatro porque como tú no hay nadie que pueda fingir mejor". A la final no gano nada aparentando, sólo le resto preocupaciones a los demás. Pero seamos honestos, igual no sirve de nada que sepan que estás en el subsuelo. Nadie lo entendería por completo, nadie podría aconsejarte.


5) ¿Por qué la apatía?

Qué triste irse a dormir deseando despertar en otro lugar. Allí es cuando me burlo de mí misma. ¿Cómo no voy a estar obstinada? No quiero saber de nadie, o sí quiero saber pero me gustaría que los demás quisiesen también saber de mi. Me gustaría cambiar de nombre, y empezar desde la nada. Ver por un huequito cuando digan: "Cómo me hace falta mi amiga", eso sí que me gustaría bastante. Ojalá y pudiese ser una persona más simple.




Por último...ojalá y fueran sólo estas 5 preguntas las que me han secuestrado y no quieren traerme de regreso.