miércoles, 28 de octubre de 2009

Soñaré otra realidad


Ese tono en nuestra voz que delata las mentiras, esa manera de decir: “Estoy bien. No pasa nada”. Una oración que acalla en los espacios entre las palabras nuestros gritos de ayuda.

Dando tumbos, buscando algo que hace tiempo se me perdió. La pregunta que he querido dejar sin contestar: “¿Quién soy?”. Sé bien qué rellenar en las líneas que me dan para responder, pero quiero ser más.

Quiero ser la que se levanta y agradece al cielo por un rayito de luz. Quiero ser la que canta mientras se cepilla los dientes. Quiero ser aquella que una vez, sacudía el cabello al ritmo de la música. Quiero sentir que estoy completa.

Pero…no lo estoy. Algo no está bien. Mi modelo salió defectuoso. No he conseguido los repuestos. Y la energía que necesito se la pedí prestada a alegría. Alegría, que ya no sonríe. Alegría que ya no salta en los pasillos. Alegría, que se fue.

Hundida en mi propio vicio. Me despierto haciendo lo que encabeza mi lista de “No quiero”. Ya el botón de retroceder se dañó y estoy aquí, encerrada. Atrapada en un presente que es mío, un presente que no quiero.

¿Quién es que recibe las quejas? Si no fue culpa del pasado, más inocente aún es el futuro. Estoy jodida. Iré a dormir y espero despertarme y seguir soñando. Espero soñar que no tengo que hacer lo que haré mañana.

domingo, 4 de octubre de 2009

La esencia en una fotografía




Una fotografía. Una de esas que dicen que me quitó un poco de mi esencia, si es que quedaba alguna. Las pupilas que aparecen siempre brillantes, ya ni se reflejan en el espejo. Apagada, no hay hertz suficientes para prender la bombilla.

¿Quién oiría quejas de alguien que calla? Me quejo con silencio, como quien padece pero no habla. Trago con la saliva lo que tengo en la punta de la lengua, no puedo dejar salir mi agotamiento porque nadie sabrá qué hacer con él.

La esencia, los suspiros que contienen ese aire comprimido de gritos, las no sonrisas. Quiero salir y no veo rastro para llegar afuera. Quiero irme hacia donde estás, pero sería pedirle a un árbol que desentierre sus raíces y se mueva solo.

Sería salir corriendo, huyendo de los huídos, huyendo de los que no se atreven a huir para terminar siendo yo la cobarde. Quiero irme a conocer un mundo de personas interesantes que sean suficientemente originales para intentar ser sabios, así no lo sean.

Quiero café, del que huele a recién colado y está caliente. Quiero tomarlo con calma, no soplar para que se enfríe y apresurarlo a que pierda su esencia. Porque a cuenta de que estoy perdiendo la mía, no puedo venir a tomar prestada nuevas esencias de otras cosas.

Te quiero y es tanto que no lo entiendo. Me he vuelto callada, como quien sufre de heridas internas. Te quiero y no puedo contenerlo. Te quiero y no puedo susurrártelo de cerca.

¿Estabilidad? Eso dicen los inestables para sentir que están pisando firme. Mi seguridad quedó enterrada en algún cementerio olvidado. Mi equilibrio dejó de ser equilibrado para irse a los extremos, para vivir de los altísimos y los hiper bajos.

Quiero irme mientras la fotografía no se ha robado toda mi esencia. Quiero irme a donde no conozcan mis miradas reservadas. Quiero irme a donde exista lo imposible. Quiero irme...sin dejar rastro, donde los respiros inhalen tranquilidad y no desconsuelo.