miércoles, 5 de octubre de 2011

Vacío

No quiero seguir esperando excepciones. Siempre hay algo atractivo en dejarse engañar, sobre todo si se pueden tener motivos suficientes para abandonar. Aún y cuando ni siquiera intentamos darle un comienzo.

Contigo, pronunciando tres sílabas que suenan armónicamente. Y así se iba el tiempo, en un encender y apagar de luces. Pero las horas se desbordaban en un maremoto sin fin, pareciera que se extendieran y me hicieran presa de una espera interminable.

Me sobran pensamientos, no se detienen mis quejas. El descanso que anhelaba, ahora me aburre. Y en esa apatía me dejo sumergir, de a ratos intentando, sin éxito alguno, salir a flote.

Quiero volver a los trenes, a inventar las anécdotas de aquellos desconocidos que compartían sus horas de traslado. Quiero regresar a los amores fugaces, a la intensidad del minuto a minuto. Pero ya es tarde, queda agradecer (sintiéndome malagradecida) la dicha de conocer otros mundos.

Y me sostengo con fuerzas a esa salida casual. Desarmo la noche y vuelvo a reconstruirla por retazos. Sorpréndeme. Invéntate otros recorridos. No quiero desencantarme, no quiero dejarme arrebatar el poquito entusiasmo que guardaba.

Aparécete, así tan de repente que parezca mentira que estuvieses allí. 

1 comentario:

Claudia Cabrera dijo...

Que se aparezca así de repente, lo que no sé es qué esperar. Eso que me ate a la rutina nuevamente y me la haga más llevadera? O que al contrario me haga una nueva rutina.
Amé tu post veyhia. Te quiero ♥