lunes, 8 de marzo de 2010

I believe in miracles


La primera clase que te enseñan cuando aprendes un idioma es sumamente importante. Te explican cómo presentarte, cómo decir quién eres y de donde vienes. En este momento me gustaría decir: "Mucho gusto. Soy feliz".

Sé que la felicidad son instantes que vivimos de tiempo limitado, porque el polvo mágico siempre ha sido escazo y más ahora con tanto ahorro y racionamiento. Lo admito, me encanta ser feliz. Quizás he allí lo maravilloso de ese estado, que es corto y lleno de intensidad.

Y por las venas corre tranquilidad, la sensación de que todo existe para que cada día me impresione de las cosas ya vistas. Y agradezco, porque en esta vida hay que saber agradecer. Agradezco que los minutos pasen y que cada uno de ellos sea distinto al anterior. Son casi iguales, pero los segundos contigo se me hacen todos diferentes.

Gracias por los regalos pequeños. Por las frases que con sólo dos palabras me cambian el día. Gracias por las oportunidades. Incluso gracias por las peleas, porque sin ellas, no podría sentir tanta dicha.

Porque la vida es bella. Porque amo escuchar canciones y sentir que las escribieron pensando en nosotros. Porque disfruto sentarme a soñar con los pies en el suelo. Es exquisito. Es empalagoso. Es amor. No creía que los milagros le ocurriesen a cualquier persona, pero le pasó a la amiga de una amiga y ahora más que nunca estoy segura de que los regalos celestiales existen.

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