martes, 5 de mayo de 2009

Por la alegría de vivir


Desde aquí escucho sus voces, ¿les oyes? Pasos que van rozando las baldosas del piso. Así vienen y así se van. Y en un abrir y cerrar de ojos todo es distinto.

Se ha ido borrando el reflejo de tu recuerdo en el espejo. Tus ausencias ya no me dan frío. En tu lugar, ese espacio que nunca terminaste de ocupar, ha llegado alguien que lo ha acaparado todo.

Y sí, lo acepto, a veces me pregunto por qué estas cosas sólo me pasan a mí. Mi respuesta: es la canela, el toque dulce y distinto que baña mi vida. Es el café que a media tarde atrapa el sabor de las gotas de lluvia.

Tiempo nublado, prueba de no saber qué me depara el mañana. Impredecible, palabra que conjuga miedos y emoción. Los segundos quedaron atrapados y me congelo en esta sensación de plenitud.

Mentira no es, de ilusiones también se vive. De la nostalgia que regala la distancia se tienen los mejores versos. Antes que lo racional me castigue, prefiero despertar sabiendo que el día tiene momentos emocionantes por regalarme.

Extrañaba ésto, palpar con la yema de mis dedos el azúcar que me envuelve. No sabía que saberse empalagoso era tan bueno.

Por mi alegría, por los suspiros cortos y repetidos, por lo que es y lo que ya dejó de ser, por la lluvia que resuena al compás de mi melodía, por los rayos de sol que se cuelan entre las nubes, por ti, por mí, por la vida.

1 comentario:

cHaYo! dijo...

Mentira no es, de ilusiones también se vive. De la nostalgia que regala la distancia se tienen los mejores versos. Antes que lo racional me castigue, prefiero despertar sabiendo que el día tiene momentos emocionantes por regalarme....

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