lunes, 14 de octubre de 2013

Nuestro punto de desencuentro

Olvidándote, olvidándonos.
Así transcurren las horas, a veces demasiado estiradas para mi gusto.
Y entre nuestras distancias marcadas, más nos separamos.
Te alejas, me aíslo.

Para ti no existen momentos que merezcan ser guardados.
Vivimos desencontrándonos. 
Hasta ese punto en el que sientes que no hay manera de rescatarme. Es allí cuando tomas el retorno, ese único que conoces.

Entonces me buscas, pero sin saber cómo hallarme. Porque nunca me has tenido. 
Porque no terminas de descifrarme.
Y se nos van los días, entre las apariencias que intentamos aparentar.

Lo sabemos, lo sabes, no eres suficiente.
En ese ciclo estamos inmersos. Tú por inercia, yo por masoquismo y mala suerte.
Mientras te olvido y de la nada reapareces, caigo en cuenta de que tampoco es suficiente quererte.

Pero entre mis carencias eres calmante con contraindicaciones fuertes.
Y así vivo, así vivimos. En la amarga certeza de que en ningún punto nos encontraremos.

No hay comentarios.: