sábado, 18 de abril de 2009

Credo


Creo en mis padres, fundadores de un hogar. Creo que todo ocurre por alguna razón, aunque a veces el motivo decida esconderse y permanecer en el anonimato. Creo que el azul del cielo es mágico, sobre todo cuando se deja matizar por la paleta de colores. Creo que sentarse en plaza cubierta tiene poderes curativos. He comprobado que tomar un café alivia las penas y ahoga los sufrimientos, al tiempo que se diluye el azúcar.


Creo que la amistad es uno de los mejores regalos que tenemos día a día. Creo que el chocolate y el helado reparan corazones rotos. Estoy segura de que no poder hacer una parada de mano. Creo que la música es la expresión de nuestro ser, sinfonías que se conjugan procreando sentimientos.


Creo en el sonido del viento, arrastrando consigo los recuerdos. Creo saber no estar del todo cuerda y además de ello, disfrutar al máximo mi locura. Estoy segura de no poder manejar una bicicleta, a menos que tenga rueditas de las pequeñas atrás.


Creo que bailando alineo mi ritmo con el movimiento del mundo, las ondulaciones espontáneas me devuelven alegría. Creo que reír es la mejor terapia y en una buena sesión se puede terminar literalmente drogado y feliz.


Creo en los besos cortos repetidos, que duran instantes fugaces y significan muchísimo. Creo firmemente en el amor como sentimiento, como palabra, como razón de ser. Pienso que soy más fuerte de lo que creo ser. Puedo perderme en el vasto manto azul oscuro, sobre todo si la noche regala también las estrellas.


Creo que los deseos se hacen realidad, sobre todo si cierras los ojos y haces tu pedido con mucha devoción. Sé que no canto nada bien. Me quejo de la soledad y disfruto plenamente estar sola la mayoría del tiempo. Creo que el tiempo es cruel, pero de vez en cuando tiene ataques de benevolencia y nos regala instantes irrecuperables.


Creo que las sonrisas son una de las mejores cosas gratis, sobre todo si recibimos una a cambio de la nuestra. Admiro los girasoles, que no se encandilan creciendo en dirección a los cálidos rayos del sol. Creo que con sólo una mirada se puede capturar toda la esencia de una persona. Creo que al llorar recuerdo que soy una de las chicas más sensibles que conozco, o creo conocer.

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