viernes, 6 de marzo de 2009

¡Olvídate de mí!



Sin heridas, sin suturas, sin sufrimiento. Aunque las ilusiones cada quien las vive a su manera, es mejor hacernos oídos sordos ante esas palabras que van directo hacia adentro, nos marcan, nos atan el uno al otro.

¡Olvídate de mí! Es más fácil de esta manera. No quiero que vivas esta montaña rusa de emociones, donde la adrenalina dura unos pocos segundos y las caídas acrecientan el vacío en el estómago.

Porque no te imagino conmigo. Son mundos distintos, ritmos de vida opuestos. Es mejor que tú no seas afectado y todo quede así. No creas que para mí ha sido fácil, ya has marcado esta etapa, estos escritos, estas palabras.

Un amor imposible, de ese que me inspiró para escribir las cartas. Bloqueo mi mente pero la imagen tuya derriba las barreras y despierto sabiendo que en sueños volviste a aparecer. ¿Divertido? Sí. Es emocionante sentir algo así. Sacudo los pies para que caigan al piso todas las chispas que me decoran mi aura.

¡Olvídate de mí! Mejor hazlo tú primero, yo trataré de asimilar la idea con el tiempo. No me pienses, no me sueñes, no me recuerdes. Pasaré sin dejar rastro, dejando que tus memorias sean otras.

Gracias por hacerme saber que existía una posibilidad, gracias por hacerme vivir el papel de las protagonistas de las películas. Gracias por fijarte en mí en medio de una inmensidad de gente y de opciones.

Sólo te pido eso, que me olvides, aunque pensándolo bien rezo para que me recuerdes. Espero poder verte a la distancia y conformarme con ser una simple espectadora de tu sonrisa. Por todo lo bueno y lo malo, por todo lo que quiero, por todo lo que vales y valgo, por lo imposible, por lo verdadero, ¡olvídate de mí!

P.D.: Pensado en el poema de Alexander Pope: "¡Olvídate de mí!"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabes que te gusta la oportunidad de conocer a esa persona a quien le pides que se olvide de ti cuando no quieres jaja